Carlos Navarrete Prida, expresidente del PRD, está convencido de que el cambio de tono de El Peje y la férrea defensa que ahora hace de la institución presidencial, tiene que ver con el “cálculo político”.

El tabasqueño tiene muy claro que PRI y PAN le pueden aplicar, por tercera vez consecutiva, la receta de 2006 y 2012: el voto útil de la militancia de cualquiera de estos dos partidos en favor del candidato mejor posicionado, para evitar el triunfo del hombre de Macuspana.

Hace 10 años, el voto útil favoreció al panista Felipe Calderón. Lo ayudaron gobernadores del PRI de entonces. Entre ellos, se menciona al neoleonés Natividad González Parás. Hace cuatro, el miedo a El Peje benefició a Enrique Peña Nieto. Los votos de Josefina se fueron al abanderado del PRI.

Andrés ha modificado su tono. Se queja de que a Peña Nieto lo traen como al “payaso de las cachetadas”. El presidente de Morena se ha opuesto públicamente a la demanda de una renuncia anticipada del Presidente de la República. “No queremos construir sobre escombros”, ha dicho el aguerrido tabasqueño.

Carlos no cree que sea un mensaje auténtico. Conoce hace mucho tiempo a Andrés. “Los primeros decepcionados serán los que creen en su nuevo discurso”, vaticina.

Cuenta, además, algo que nosotros ya hemos escuchado en boca de altos funcionarios del actual gabinete. Las últimas dos veces que fue a Monterrey a cenar con empresarios le dijeron lo mismo: hay que pararlo.

“Creen que si llega los va a expropiar”, dice el exjefe perredista, hoy dedicado a su despacho de abogados.