Así tituló Fernando Trías, escritor y economista español, un texto publicado en El País, en el que desde hace diez años proyectaba lo que hoy en nuestro territorio nos ha alcanzado; la horrenda idea con la que vivimos las y los veracruzanos, el terrible “te puede pasar a ti”.

A pesar de que la esperanza de vida aumenta, en general, y que buena parte de las enfermedades ya tiene cura, el nivel de incertidumbre y miedo crece desmedidamente. Lo dice el psiquiatra Luis Rojas en su libro Nuestra Incierta Vida Normal: “la ansiedad se ha instalado en nuestro ánimo, sentimos como si nuestra vida fuera terriblemente incierta”.

Hay varios motivos que especialistas en filosofía han planteado, hay incluso estadística sobre ello; parece que cuando el ser humano ha avanzado más en ciencia y tecnología es cuando menos certeza hay sobre lo que nos pueda pasar afuera o hasta en el hogar.

Lo primero que a muchas y muchos se nos viene a la mente es la desconfianza en las instituciones, y no es cosa de Veracruz únicamente; algunos estudios sociológicos revelan que, en los últimos años, la confianza en el Estado, la Iglesia, los medios de comunicación o la comunidad científica ha disminuido notablemente.

Es común sospechar y escuchar comentarios acerca de que la ciencia está sólo al servicio de las empresas y que se ocultan las consecuencias negativas de la innovación tecnológica. Surgen entonces cuestiones inquietantes: ¿se está recalentando el planeta?, ¿están fundiéndose los polos?, ¿son perjudiciales los transgénicos?, ¿conllevan riesgo de cáncer las antenas de telefonía móvil?

Lo que sí es cierto es que hay toda una serie de agentes interesados en difundir noticias en sentidos opuestos e incluso en cambiar de versión, según les convenga, gracias a estrategias de comunicación (imposición de mensaje) social.

La gente ha aceptado que es difícil saber lo que es bueno y lo que no lo es. El individuo está totalmente confundido y, por tanto, siente miedo e inseguridad, no todos tienen la costumbre de informarse por diferentes fuentes y crear criterio a partir de la experiencia.

Existe otro fenómeno que caracteriza a la sociedad de nuestro tiempo, se trata de un fenómeno peculiar, pero que hemos llegado a considerar normal a fuerza de convivir con él. Por ejemplo, en las publicaciones de redes sociales vemos una nota encabezada así: “encuentran cuerpo desmembrado a orilla de carretera”, y después de ello una publicación de una tierna niña con su papá, un meme chistoso, un mensaje de amor, la fotografía más espectacular del amanecer; un disparatado contenido sin clasificar. Ante esto la gente ve como cotidiano, casi normal, lo uno con lo otro, eliminando las pautas para interpretar lo que realmente se vive.

Tal vez no exista fórmula contra la mentalmente presente incertidumbre, siempre puede suceder algo y de eso no se libra nadie; quizá la herramienta más universal contra ello es el conocimiento, informarse y hacer comunidad. Escriba a mrossete@nullyahoo.com.mx formatosiete@nullgmail.com www.formato7.com/columnistas